Ya te has parado para pensar, amiga que cuando un niño o niña se cae, se hace daño y, inmediatamente, rompe a llorar, eso no quiere decir que otros niños o niñas, ante la misma acción, responderán de la misma manera si expuestas a la misma situación. Eso porque cada ser humano tiene su propia manera de actuar frente a las más diversas situaciones… ¿Sabes lo que significa eso?
Todavía que el hecho sea el mismo para todos, la REALIDAD es exclusiva de cada uno.
La realidad es algo que ocurre internamente, amiga, como una especie de conciencia individual construida por la experiencia de cada persona. Eso significa, amiga, que cada persona tendrá su propia manera de interpretar y actuar frente a determinados hechos y eso es lo que nos torna tan diferentes los unos de los otros.
Pregunta: OK… ¿Pero qué tiene que ver esto con el asunto?
Respuesta: Tiene que ver que el TRAUMA dice mucho más a respecto sobre la importancia que damos a determinados hechos que la propia situación en sí.
Eso significa que si la situación (o hecho) no es lo que más importa y sí nuestra interpretación y importancia que le damos a ello… Entonces SÍ… Tú eres capaz de transformar el peso de un TRAUMA apenas trabajando tu manera de ‘’entenderlo’’ o asumirlo y es sobre eso que voy a hablar aquí contigo (Mismo que eso no signifique que sea algo simples de hacerse).
Observa, amiga, como una mujer puede terminar paranoica en un relacionamiento cuando, mismo sin cualquier tipo de evidencia, pasa a creer que el chico puede estar envuelto en aventuras. Trata de entender cómo las emociones se transforman por la simple realidad interna de la mujer que es llevada a creer, por algún motivo, que el otro puede estar engañándola por las espaldas…
O sino, haz esta prueba contigo misma: piensa en algo muy triste que haya pasado contigo y revive los detalles en tu cabeza. Ahora, empieza a pensar que el mundo no es justo y que tú, siendo una persona tan buena, no merecías haber pasado por ello. Ahora, amiga, observa cómo tu estado emocional, o anímico, ha cambiado en relación al momento antes de haber pensado sobre ello.
Este ejemplo es claro de cómo la importancia que damos a determinadas cosas, mismo siendo exclusivas de nuestra propia cabeza, es capaz de moldear nuestros estados emocionales, comportamientos y, finalmente, nuestros destinos.
Es muy importante que entiendas, amiga, que tus estados mentales son capaces de moldear tus emociones y a partir de tus emociones es cómo tú te comportarás. Por lo tanto, vamos a usar el ejemplo que he mencionado al inicio: el ejemplo del niño o niña al caerse… imagina que en aquel exacto momento en que se haya caido, los padres van a socorrer, preocupados y cuidadosos ‘’Pobre… ¿Te has hecho daño?’’… Ciertamente que llorará aún más, ¿No es verdad?
Ahora, usando el mismo ejemplo, imagina que se haya caído y nadie le haya dado atención inmediata… Ciertamente – si no se ha hecho mucho daño, lógico – mirará para los lados, ‘’se limpiará el polvo’’ y volverá a jugar como si nada hubiera ocurrido.
Estas dos respuestas diferentes frente a la misma situación suceden, amiga, simplemente por que, en este caso, son los padres quienes darán el significado al hecho de ‘’caerse’’ del niño o la niña. Si los padres se comportan de una manera muy preocupante: el niño o la niña dará mucha importancia al hecho y llorará: ahora, si los padres se cruzan de brazos, el niño o niña responderá de la misma manera y lo superará sin más.
En los dos casos, imagina que los padres representan el ‘’estado mental’’, de modo que son ellos quienes generarán el sentido para la situación.
La diferencia es que cuando estas situaciones suceden contigo, cabrá a ti generar el significado para ello y , esa manera de cómo tú interpretarás la situación, ciertamente moldeará tu estado emocional y generará un comportamiento equivalente.
Recuerdo de una amiga mía que sufrió un secuestro relámpago.. Dos hombres armados la abordaron en frente de su trabajo, y la hicieron rehén metiendola en su propio coche amenazándola, diciendo que querían todo lo que llevase encima. Mi amiga me contó que logró mantener la calma, en ese momento, y habló calmadamente con los dos individuos (mientras uno conducía, el otro permanecía encañonándola con un arma).
Finalmente, los tipos la llevaron hasta una ‘’favela’’, cogieron algunas cosas que estaban a la vista en el interior del coche, el móvil y la soltaron… Ni el coche se llevaron. Está claro que, tras el momento, ella se quedó aterrorizada y empezó a temblar como una varilla al viento, conforme me contó. Lo curioso, es que al día siguiente ella ya estaba trabajando normalmente, haciendo el mismo camino, el mismo horario y demás…
Le comenté que si hubiera sido otra persona en su lugar, probablemente sólo conseguiría volver al trabajo tranquilamente después de una semana, o incluso más o que necesitaría pasar por terapia. Ya he visto gente quedar traumatizada por mucho menos que eso.
¿Entiendes como cada persona es capaz de lidiar de maneras diferentes frente a cada situación? Esto significa que no son, necesariamente, las situaciones que son capaces de abalarnos, pero sí, el peso y valor que damos a ellas. Otra cosa es, amiga, cuando estamos hablando del pasado… De aquellas situaciones que ya hemos otorgado algún valor y peso y que solo de recordar ya es capaz de cambiar todo nuestro estado de ánimo… Estas debemos resolver y tratar de otras maneras, ya que los valores, en algún momento, ya fueron atribuidos.
La mejor manera de lidiar con estos traumas, es acogiendo las situaciones traumáticas y ‘’sentándose para hablar’’ sobre ellas para tratar de comprender lo cuánto fueron capaces de fortalecernos y tornarnos en quienes somos. De la misma manera, conocer personas que pasaron por la misma situación y la manera de cómo superaron o lidiaron con ello, puede ser un bálsamo.
De nada sirve continuar siguiendo una vida limitada y miserable, llevando como justificativas determinadas situaciones por las cuales tú ni mismo tuviste control o fuiste capaz de prever y siendo, muchas de ellas, situaciones de tu infancia.
La mayor superación que un ser humano puede tener en la vida es la superación de sus propias limitaciones, pues son exactamente esos límites los que te impiden verdaderamente a crecer… Las ‘’otras personas’’, apenas sirven como reflejo para aquello a lo que tú temes en ti misma, amiga… Simples así.
Por lo tanto, Preciosa: mira hacia adelante y vislumbra siempre aquella mujer que tú quieres ser, busca los recursos y potencializa tus capacidades para tornarte (no mañana, no pasado… Pero YA) en esa persona que tanto deseas ser.
Para eso, dependerá apenas de romper con aquello que te limita: esa percepción mala que tienes de ti misma y de tu historia, y finalmente reconocer que AQUELLO QUE NO TE MATÓ, CIERTAMENTE TE HIZO MÁS FUERTE.
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Besitos…
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Vanessa de Oliveira.